La catástrofe se debe en gran parte a que el fuerte movimiento sísmico, cuyo epicentro se ha localizado en el océano Pacífico a un centenar de kilómetros de la costa, ha desatado un tsunami con olas de hasta 10 metros que han penetrado 5 kilómetros tierra adentro y han arrasado cuanto han encontrado a su paso en las provincias del noreste.
EMERGENCIA NUCLEAR
El terremoto y posterior tsunami que afectó a toda la isla está causando problemas de grandes consecuencias para la naturaleza pero también para la humanidad. Mientras la población intenta recuperar la calma las autoridades siguen en alerta por el estado de las centrales nucleares de Fukushima, muchas de ellas están teniendo serios problemas para ser controladas.
Se trata de la planta de Tokai, a unos 120 km al norte de Tokio, cuyo reactor está siendo enfriado para evitar un sobrecalientamiento que podría ser fatal. En las otras centrales nucleares los sistemas de refrigeración han fallado a consecuencia del terremoto.
La gravedad del asunto es tal que la central de Onagawa (la más próxima al epicentro del terremoto) ha declarado hace unas horas nivel máximo de emergencia tras detectar en su exterior niveles de radiactividad superiores a los permitidos. Al parecer esta radiactividad proviene de las fugas en las centrales de Fukushima.
Análisis de los daños de la central nuclear